Hace ya tiempo escribí acerca del Ethos griego y su influencia en el pensamiento y reacciones humanas. En este caso, hablaremos de Damón, un filósofo que defendió la Música por encima de todo y la propuso para educar por medio de ella, es decir, utilizarla como medio para ayudar, junto a otras disciplinas, a conseguir un desarrollo completo del ser humano.
No se ha conservado escrito alguno de Damón; a pesar de esto, los numerosos testimonios indirectos acerca de su vida y de su pensamiento y los múltiples fragmentos a él atribuidos por los diferentes filósofos como Platón, Aristóteles, Filodemo, Arístides Quintiliano etc. Atestiguan la importancia del músico y filósofo de Oa y la influencia que su doctrina Ético-musical ejerció principalmente sobre Platón.
Las ideas que Damón sostenía sobre la música, las expuso en un discurso que según parece había pronunciado delante del Areópago, es decir, en la colina consagrada a Marte, que era donde se reunía el Tribunal Supremo para dirimir asuntos de gravedad. Este discurso llamado Areopagítico, versaba sobre la música y el valor educativo que ésta encerraba para la juventud, incidiendo en el vínculo que existía entre el mundo ético, concepto que ya Pitágoras había formulado y que será también uno de los conceptos mas arraigados en Platón.
La reclamación hacia la auténtica tradición musical dentro de un discurso que mucho tenía que ver con la política, se justifica en base a la convicción de que la música ejerce una influencia profunda y directa sobre el carácter, y por lo tanto, sobre la sociedad y su conjunto.
Para él, la música asume una función educativa basada en “valores morales”, por lo que toda innovación musical, todo usos nuevos resulta peligroso para el orden y el equilibrio del estado. Por este motivo, Damón trata de oficializar la música y también la educación musical. Para él, la música no es un ornamento del espíritu, ni un placer sensorial, sino que afecta al comportamiento y al carácter de las personas, muy en consonancia con la anteriormente citada teoría del Ethos.
La defensa que Damón hace de la música es: equipararla a la gimnasia, que para muchos era superior a la música, contraponiendo los dos modelos educativos vigentes: el modelo Espartano, duro y guerrero, al modelo Ateniense, mas dado a la filosofía y a la música.
Para Damón los jóvenes aristócratas deben aprender música, porque este arte asume una función educativa insustituible: “Conducir al espíritu hacia el ejercicio de la virtud". Por ello cuando le preguntaron si la música conducía hacia todas las virtudes o sólo hacia algunas, se dice que contestó que conducía hacia casi todas porque afirmaba que el muchacho cantando, y tocando la cítara, debería demostrar no solo coraje y sabiduría, sino también su sentido de la justicia.
La enseñanza general de la música y la gimnasia, demuestra la categoría que en las épocas arcaicas gozaba la música en Atenas. Ésta, legislada por Solón y siendo obligatoria, era presentada a los ciudadanos con leyes escritas en forma de poemas.
Éste es tan solo un ejemplo de cómo la música estaba presente y viva en la sociedad griega, germen de nuestra actual y corrompida democracia.
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